En esta ocasión, gracias a Laure y Samu, hemos podido, a parte de disfrutar de un buen vino de Burdeos, aprender un poquitín más sobre este mundo.
Un vino de corte completamente diferente a lo que estamos habituados y más en línea con los Riojas clásicos.
A primera vista y conforme va cayendo en la copa, va mostrando el tiempo que ha pasado en barrica y posteriormente en botella. Un color que no alcanzo a definir (granate-marronoso, chocolate...) pálido, sin brillo, y un ribete color teja muy definido.
Lágrima media, no excesivamente abundante, y lenta (tiñe la copa)
En nariz... es un perfume (increíble), nos ha enamorado su nariz, incluso a copa parada. Elegante, fragante, complejo,... un 10.
A copa parada aparece la fruta roja (frambuesas) y fruta no tan roja como los higos.
Una vez agitamos la copa, se despliegan los aromas secundarios y terciarios, el espectáculo está en su mejor momento, esos aromas se expresan en varias lineas que finalmente se funden en una sola, creando un maravilloso perfume.
Aparece, dejando en un segundo plano la fruta, tierra húmeda, cueros, tabaco (recuerda el olor de las cajitas de madera donde se guarda el tabaco de pipa) y un toque especiado (se comento curry).
En boca tiene una entrada muy suave, tanino muy domado y en perfecta harmonia con el conjunto, textura cremosa, combinada con unas notas de crianza, cuero y sobre todo tabaco, mucho tabaco (vino ideal para reconocer tabaco en un vino).
Post-gusto medio-largo.
En general nos ha sorprendido y gustado, a pesar de esa clara y dominante presencia de las notas de crianza, muy por encima de la fruta, que no hemos echado a faltar como suele pasar en estos casos.
Très bon, merci Laure i Samu.
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