12 de enero de 2011

CLOS MARTINET 2004, D.O.Q PRIORAT

Esperábamos poder decir que gran vino, o presuponíamos que sería un gran vino, (así hablan de el los "entendidos") pero después de probarlo se ha quedado en un buen vino, que no es poco, pero...

Un vino de 10 en boca, pero con una nariz excesivamente tímida en su expresión frutal. Fruta que empezó a expresarse con más soltura a partir de la tercera hora de oxigenación, quizás, más debido a una reducción de los aromas terciarios, que no a un incremento de la expresión frutal.
Esa falta de fruta en nariz ha sido una decepción, que sin duda penaliza la valoración de este vino.

Bueno al grano, ficha de cata: (40% Garnacha, 20% Carinyena, 20% C.Sauvignon, 20% Syrah, 21 meses en barrica)

Presenta una lágrima densa, sumamente lenta y junta, que por supuesto tiñe las paredes de la copa.
Capa media-alta, color entre rojo picota y granatoso, con ribete virando a tonos más granates.

A copa parada, después de 1 hora de decantación,  destaca claramente la mineralidad, por encima de la cual quiere aparecer una tímida fruta negra madura, pero que no acaba de deleitarnos con su presencia, y  finalmente unos agradables recuerdos a olivada (negra).

Agitando la copa, se acentúa aún más la magnífica mineralidad (preludio de lo que será en boca), sobre la que aparecen, por orden de intensidad, notas de sotobosque mediterráneo (romero), tostados (café) y un poquito de fruta negra (haciendo un gran esfuerzo por encontrarla)

En boca se cumplen las expectativas depositadas en el vino. El tanino esta en un punto de madurez óptimo, es sedoso, envolvente, llena la boca (carnoso). A este magnífico tanino se le une una mineralidad muy marcada (fantástica) que deja paso a un final, ahora si, afrutado.

Con el paso de las horas se le unen notas mentoladas y torrefactas, que lo hacen todavía más espectacular.
En boca no se le pueden poner peros a este vino, invita a beberlo más que a olerlo, lástima de esto último.

En definitiva un vino del que hay que destacar una magnífica mineralidad (como se esperaba) en harmonía con una sensación táctil perfecta (tanino) y una decepcionante ausencia de fruta.

De un vino de esta categoría y del Priorat, se espera por encima de todo, mineralidad y fruta en abundancia.


Salut! y hasta el próximo.



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