25 de mayo de 2011

FINCA DOFÍ 2001 D.O.Q PRIORAT (cont. Dofí 2008)




Retomando el hilo iniciado en la entrada Finca Dofí 2008, en la que cuestionábamos el dogma impuesto por los expertos, acerca de que los prioratos (tipo Dofí, Mogador,...) para llegar a dar lo mejor de si, necesitan pasar varios años en botella, tachando de insensatez lo contrario, afirmamos que no estamos de acuerdo.

A partir de lo que uno espera de un determinado vino, que es lo que desea encontrarse, etc...se decide si debe disfrutarlo en su juventud o largamente evolucionado en botella (sin dejar de banda la opción del termino medio, claro)
Sino, este mundo apasionante del vino, se va a parecer más a una especie de religión o sistema cerrado, que encaja bastante bien en la definición que E.Durkheim hace sobre eso, la religión, dentro de su obra Les Formes elementaires de la vie religieuse y que yo me permito adaptarla a lo que algunos sectores del mundo enológico pretenden ():

"se trata de un sistema solidario de creencias y prácticas relativas a cosas sagradas (léase vino), es decir, separadas, prohibidas; estas creencias y prácticas unen en una comunidad moral, llamada iglesia (aquí podríamos poner Verema.com, por ejemplo), a todos los que se adhieren"

Que nadie se sienta ofendido por la alusión a Verema.com, es a modo de ejemplo, además se trata de una magnífica comunidad de aficionados al vino, entre muchas otras, dentro de las cuales, algunos de sus integrantes transmiten una cierta imagen elitista de este mundo vinícola, de la cual nos desmarcamos y invitamos a todo el mundo a disfrutar del vino sin complejos y estereotipos prefijados. Aspecto, que por otra parte, contribuiría al aumento del consumo.

Punto y aparte, vamos al Dofí 2001:

Previamente decantado 2h 30min.
Visualmente nos encontramos que conserva el color rojo picota del 2008, el ribete muestra la evolución en botella, tirando a tonos teja. Capa alta, lágrima lenta-junta con tinción de copa.
En nariz encontramos fruta madura (negra y roja), orejones,  mineralidad discreta y un punto a tabaco.
A base de trabajar el vino en la copa, aparecen aromas de fruta licorosa y se incrementa la mineralidad.
En boca, podemos decir que tiene una entrada discreta, sobretodo si lo comparamos con el 2008.
La tanicidad es tenue con un punto secante, aparece algo de mineralidad, torrefactos-tostados y poco más.
El postgusto es largo, pero no eterno como en el 2008.

Podemos decir que, el 2001 en 2011, es un vino falto del carácter y la potencia que esperábamos de un Dofí, algunos dirán que elegante y aciertan, pero no nos acercamos al Priorat buscando elegancia... Elegancia que sin duda a adquirido con el paso de los años, en detrimiento del carácter y la potencia.
Para resumir, es un buen vino en relación a los 29 euros que ha costado, pero si lo hubiéramos adquirido a su precio habitual que se mueve entre los 60-80 euros... no diríamos lo mismo, y nos sentiríamos bastante defraudados.
Echamos en falta toda la potencia en cuanto a frutalidad y mineralidad, expresividad y amplitud en boca, que mostraba el 2008.

Al final es una cuestión de gustos, gustos que están por encima de esas reglas inviolables y no escritas a las que parece que hay que ceñirse para no ser señalado como "profano" en la materia.  

Y no mas, hasta el próximo vino.






3 de mayo de 2011

FINCA DOFÍ 2008, DOQ Priorat


Habrá quién nos tachará de infanticidas, asaltacunas y demás adjetivos relacionados con el consumo de un vino como este, recién salido al mercado, con tan poco tiempo en botella y cualificado por los entendidos etnocéntricos de este mundo enológico, como vino de guarda, al que el paso de los años lo transforman en un vino de una elegancia sublime, desprendido de toda su potencia aromática, de su rusticidad, de su tonalidad intensa, es decir, desprendido de todo aquello que nos gusta encontrar y que nos emociona de un vino.
Anotar que es el primer Dofí que tenemos el gusto de probar, el precio limita su consumo..., aunque en esta ocasión, el precio, 55 euros (muy por debajo de su precio habitual), fue el motivo que propicio su compra.


En su elaboración predominan la Garnacha y la Cabernet Sauvignon, con un pequeño porcentaje de Sirah y Merlot. El paso por barrica es de 18 meses.
Datos técnicos a parte, pasemos a intentar describir las características sensoriales que transmite este fantástico vino.

El rojo picota, su ribete magenta, su capa media alta y su lágrima lenta-junta que tiñe la copa son su presentación visual.

En nariz se despliegan ese conjunto de aromas, que el que escribe, desea encontrar en una copa de vino:
Se pasean aromas de fruta madura, cerezas, frambuesas, fresas y dentro de las frutas se nos cuelan unos matices de melocotón. Estos aromas no van solos, los guía una impresionante mineralidad adornada por balsámicos.
Este despliegue aromático llega a su máxima expresión a las 2h 30min de decantación, momento en el que se unen aromas torrefactos, café y cacao. (Nos quedamos cortos con una hora de decantación)
Solo añadir que estos aromas no afloran con elegancia y sutileza, no, aparecen con la intensidad y potencia que, al menos yo, busco en un Priorat.

En boca tiene una entrada potente, fabulosa, amplio, llena la boca, con la frutalidad encontrada en nariz y con una mineralidad impresionante.
A nivel tánico... va bien...
Igual que en nariz, en boca transmite potencia y buena estructura.
Solo añadir que tiene un posgusto eterno. Un vino enorme.



P.D: Me he topado con dos Finca Dofí 2001 a 29,95 Euros, meditaré si vale la pena gastárselos para reafirmar o revocar la teoría...

Hasta el próximo vino.